Para algunos, la más cínica de las empresas. Para otros, la más honesta. Poco importan las opiniones, cuando la verdad y la mentira se convierten en un producto a medida.
Floks ha sentado precedente allá donde Facebook o Twitter no se han atrevido. Una combinación de buen olfato comercial, know-how y osadía convirtieron a una discreta compañía tecnológica en la inesperada aliada de media docena de gobiernos.

La idea es sencilla y radicalmente antiimperialista: cualquier país debería tener acceso a una red social propia, independientemente de su ideología. Esto incluye a países contrarios a la globalización. O para los que la noción occidental de “libertad” es una broma de mal gusto. O donde, simplemente, una internet abierta supone un riesgo demasiado elevado. ¿Pero qué sentido tiene implementar una red social en un lugar así? ¿Acaso no es la libertad de expresión el pilar fundamental de estas plataformas, su principal razón de ser? Bueno, sí… y no necesariamente.
La realidad es que en la era de internet, muchos regímenes han visto cómo la coerción ideológica y la represión directa han dejado de ser medios efectivos para mantener la estabilidad social. Pero FloKs ofrece una brillante alternativa, un soplo de aire fresco para estos gobiernos marginados por la política internacional.

Primero, la propia red social. Gracias a su sistema operativo personalizado (Pseud OS), los clientes de FloKs pueden incorporar sus herramientas de control social de forma cómoda y discreta. La compañía firma un contrato de confidencialidad, comprometiéndose a no delatar las estrategias o técnicas de manipulación usadas por sus clientes. Encontraréis más detalles jugosos en el próximo artículo.

Segundo, y casi más importante, el Escuadrón de Opinión. Un equipo de comentaristas profesionales todoterreno. ¿Su especialidad? El astroturfing. Intervendrán en las discusiones de FloKs haciéndose pasar por ciudadanos y ciudadanas corrientes de los países cuyos gobiernos hayan contratado sus servicios. Verdaderos mercenarios y mercenarias de opiniones, trabajarán bajo las órdenes de los Ministerios de Propaganda e Interior, difundiendo sus campañas de (des)información y eliminando publicaciones sensibles.
Por supuesto, nada de esto habría sido posible de no ser por Melindra Saphire, CEO y Fundadora de Floks. Una auténtica visionaria. Pero Melindra se merece un artículo sólo para ella…

Nadie como Melindra para resumirlo todo en unas pocas palabras:
¿Por qué prohibir y censurar desde arriba, cuando puedes moldear la opinión pública desde abajo?
Melindra Sapphire, CEO y Fundadora de FloKs
Bienvenid@s a la revolución del control.